Anamnesis y examen

Principales factores de diagnóstico

común

presencia de factores de riesgo

Los factores de riesgo incluyen: >50 años de edad, infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), uso crónico de corticosteroides, quimioterapia, neoplasias malignas.

dolor localizado en un dermatoma

El dolor es localizado, produce sensaciones de ardor, escozor, comezón u hormigueo, y puede ser leve a grave.

El dolor, localizado en el dermatoma afectado, puede aparecer desde varios días hasta varias semanas antes de la erupción.

Los ganglios más frecuentemente afectados son los ganglios de los nervios torácicos y trigémino.

prurito

Puede estar presente en el dermatoma afectado.

erupción

Los pacientes desarrollan una erupción máculopapular eritematosa, seguida de la aparición de vesículas transparentes. La erupción se presenta en los segmentos inervados por el ganglio sensitivo afectado, pero no cruza la línea media. Con el tiempo, las vesículas forman pústulas y costras.

ulceración corneal

Si hay afectación del nervio trigémino, la erupción puede causar ulceración corneal. El paciente presenta dolor en el ojo afectado y disminución de la visión.

Otros factores de diagnóstico

infrecuente

fiebre

Puede haber febrícula. Es raro que haya elevaciones importantes de temperatura.

cefalea

Alrededor del 20% de los pacientes presentan síntomas sistémicos.[3]

malestar general

Alrededor del 20% de los pacientes presentan síntomas sistémicos.[3]

fatiga

Alrededor del 20% de los pacientes presentan síntomas sistémicos.[3]

dolor sin erupción

Los pacientes pueden desarrollar el dolor típico del zóster (ya sea agudo, crónico o ambos) sin nunca desarrollar una erupción; este es un síndrome que se conoce como zóster sin herpes.[72]

Factores de riesgo

Fuerte

>50 años de edad

La incidencia aumenta a partir de los 50 años de edad.[23]

sexo femenino

Las mujeres presentan una mayor incidencia de HZ que los hombres.[9]

VIH

Antes de la disponibilidad del tratamiento antirretroviral (TAR), la incidencia del HZ era más de 15 veces superior en los pacientes infectados por el VIH que en las personas no infectadas.[10][11][24] El tratamiento antirretroviral (TARV) ha reducido la incidencia del HZ en las personas con VIH, aunque el riesgo sigue siendo 3 veces mayor en comparación con la población general.[13]

uso crónico de corticosteroides

El uso crónico causa inmunosupresión, lo cual eleva el riesgo.[25]

quimioterapia

Estos fármacos causan inmunosupresión y, por lo tanto, elevan el riesgo.

neoplasias malignas

En particular, las neoplasias malignas linfoproliferativas inducen la inmunosupresión y, por lo tanto, elevan el riesgo de infección.[16]

Débil

raza blanca

Un estudio ha sugerido que las personas de raza negra presentan mucha menor probabilidad de desarrollar herpes zóster (HZ) (odds ratio 0.25) en comparación con las personas de raza blanca.[15]

determinadas afecciones agudas o crónicas

Se ha asociado una serie de afecciones con un mayor riesgo de HZ, entre ellas la COVID-19, la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el asma, la enfermedad renal crónica, la diabetes de tipo 1, las afecciones cardiovasculares, los traumatismos físicos y el estrés psicológico.[26][27][28][29]​​ El uso previo de antibióticos también se ha asociado a un mayor riesgo de infección posterior por herpes zóster.[30]​​​​ Se necesitan más estudios para confirmar las asociaciones.

vacunación contra otras enfermedades infecciosas

Se ha notificado el desarrollo de HZ tras la administración de vacunas contra otras infecciones, incluida la COVID-19.[31][32][33]

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