Prevención primaria
Un estilo de vida saludable, como evitar fumar, evitar lesiones en los dedos y la exposición a vibraciones, hacer ejercicio regularmente, mantener un peso saludable, evitar dosis altas de tratamiento sustitutivo de hormona tiroidea, así como evitar la exposición prolongada a temperaturas frías (p. ej., usando ropa adecuada al aire libre) puede reducir la aparición del FR en individuos en riesgo, pero faltan estudios prospectivos en esta área. Las personas en riesgo pueden incluir aquellas con antecedentes familiares fuertes de FR y/o esclerosis sistémica.
Prevención secundaria
La prevención secundaria en pacientes con FR se centra en la reducción de los ataques mediante la implementación de medidas de estilo de vida. El riesgo de ataques puede mitigarse evitando fumar, evitando las lesiones en los dígitos y la exposición a vibraciones, haciendo ejercicio regularmente, hidratando la piel seca, evitando los medicamentos de los que se sabe que exacerban el FR, y manteniendo el calor y evitando la humedad.[31]
Mantener el calor dependerá del lugar donde la persona viva y trabaje. Las noches templadas e incluso el aire acondicionado pueden desencadenar FR. Se recomiendan especialmente medidas para mantener la cabeza, las manos y los pies calientes y secos, ya que son más sensibles a los cambios de temperatura. Los ejemplos pueden incluir tener mantas adecuadas mientras se duerme, usar ropa impermeable, usar guantes o calcetines térmicos, tener un calentador local en el lugar de trabajo, calentar un vehículo con un arrancador remoto y/o usar una cubierta para el volante, y usar guantes en las tiendas de comestibles.
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