Anamnesis y examen
Principales factores de diagnóstico
común
presencia de factores de riesgo
Los factores de riesgo clave incluyen rehidratación excesiva (>5 L en 24 horas), transfusión masiva de sangre (>10 unidades en 24 horas), infección abdominal reciente (especialmente peritonitis), hemoperitoneo e íleo.
distensión abdominal
El signo clínico más importante es el abdomen tenso y distendido.
oliguria
La diuresis disminuye a causa de la alteración del flujo sanguíneo renal y de la disminución de la producción de orina.
aumento del esfuerzo respiratorio
Los pacientes presentan dificultad para mantener la ventilación por minuto y la oxigenación a causa de una reducción de la distensibilidad pulmonar producida por la transmisión de presión abdominal al torso.
También se puede producir atelectasia.
hipotensión
El aumento de la presión intrabdominal produce la compresión de la vena cava inferior y afecta el retorno venoso al corazón, lo que conduce a la disminución de la precarga y del gasto cardíaco.
Factores de riesgo
Fuerte
rehidratación excesiva (>3 L en 24 horas)
Los efectos oncóticos e hidrostáticos de la rehidratación con gran volumen conducen a un incremento de la cantidad de líquido extracelular y extravascular, lo que causa edema intestinal y ascitis. Ambos aumentan la presión intrabdominal.
transfusión de sangre masiva (>10 unidades en 24 horas)
Los efectos hidrostáticos de la transfusión de sangre masiva conducen a un incremento de la cantidad de líquido extracelular y extravascular, lo que causa edema intestinal y ascitis. Ambos aumentan la presión intrabdominal.
disminución de la distensibilidad abdominal
La distensibilidad abdominal se determina mediante la elasticidad de la pared abdominal y del diafragma. Las enfermedades como la obesidad grave, las quemaduras con escaras en la pared abdominal y la disincronía grave del ventilador con el uso de músculos accesorios pueden disminuir la distensibilidad abdominal, lo cual puede aumentar considerablemente la presión intrabdominal (PIA).[5]
inflamación o infección intrabdominal
Las infecciones intrabdominales, principalmente aquellas que causan peritonitis generalizada, pueden conducir a una respuesta inflamatoria intensa en las superficies peritoneales y en el intestino.
A menudo se requieren una rehidratación significativa e intervención quirúrgica, procesos que aumentan el edema intestinal y la generación de líquido peritoneal.
La respuesta inflamatoria en la pancreatitis aguda grave produce síndrome compartimental abdominal (SCA) en aproximadamente el 40% de los casos, con un aumento significativo en la mortalidad.[7][8]
hemoperitoneo
Los pacientes requieren rehidratación y transfusión masiva, por lo tanto también presentarán edema intestinal y ascitis.
Un hemoperitoneo puede producir presiones intrabdominales lo suficientemente altas para causar un síndrome compartimental abdominal (SCA). Sin embargo, debido a que la rehidratación se inicia de forma temprana, es más frecuente el hemoperitoneo en combinación con ascitis y edema intestinal.
Débil
íleo
Cualquier proceso que reduzca o afecte el tránsito normal del contenido del intestino puede producir la acumulación del contenido luminal, lo que conduce a la distensión del intestino y a un aumento de la presión intrabdominal.
neumoperitoneo
Puede resultar de la perforación de una úlcera péptica o un divertículo, o puede ser iatrogénico antes de una laparoscopia. En el caso de la perforación, aumenta la inflamación peritoneal, que resulta en un edema intestinal y en la producción de líquido peritoneal. En el caso iatrogénico, el neumoperitoneo inducido generalmente solo conduce a un síndrome compartimental abdominal (SCA) cuando el límite de presión superior se establece demasiado alto.
pérdida de área abdominal
El término "pérdida de área abdominal" se refiere a una situación en la que se encuentran más vísceras fuera de la cavidad abdominal que dentro debido a que la cavidad abdominal no puede contener todo el contenido abdominal dentro de sus límites fasciales.
Los pacientes que se someten a la reparación de una hernia ventral grande con pérdida previa de área están en riesgo de desarrollar un aumento de la presión abdominal después del cierre de la hernia.[14]
cirrosis comórbida
Los pacientes con cirrosis avanzada pueden tener grandes volúmenes de líquido ascítico de base y están en mayor riesgo si la presión intrabdominal aumenta por otra causa.
hematoma retroperitoneal
El efecto masivo del hematoma causa una pérdida eficaz de volumen intrabdominal, que resulta en un aumento de la presión intrabdominal (PIA). Se ha descrito en pacientes que presentan sangrados retroperitoneales espontáneos que resultan de la anticoagulación y de procedimientos endovasculares que producen sangrado.[15][16]
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