Complicaciones
Ocasionalmente, los pacientes con tapón de cerumen también se presentan con otalgia y secreción maloliente debido a una infección secundaria. Esto se asocia generalmente con la entrada de agua en el oído, causando la maceración de la piel del canal y la consiguiente infección. Los hallazgos físicos incluyen el drenaje de olor fétido y enrojecimiento y, algunas veces, edema de la piel del conducto auditivo externo, además del tapón de cerumen. El tratamiento consiste en retirar el tapón, junto con cualquier resto de pus y suciedad, y prescribir gotas para los oídos con antibióticos o antisépticos. Los antibióticos sistémicos se utilizan cuando el tratamiento inicial no tiene éxito, en pacientes con diabetes o inmunocomprometidos, o si hay otitis externa necrosante o maligna.
Las personas inmunocomprometidas, como las que padecen diabetes, pueden desarrollar osteítis del conducto auditivo externo y hueso temporal asociada a la irrigación del conducto auditivo externo con agua.[14][15] Los médicos que utilizan irrigación con agua en pacientes con diabetes y tapones de cerumen deben reducir al mínimo la posibilidad de traumatismo, considerar el uso de un agente acidificante para reducir el pH del conducto auditivo externo y someter a los pacientes a estrecho seguimiento.[18]
El traumatismo del conducto auditivo externo y la membrana timpánica se produce, en la mayoría de los casos, con el uso de sistemas de irrigación de alta presión. La lesión puede consistir en laceración y sangrado del conducto auditivo externo, perforación de la membrana timpánica y, en raras ocasiones, pérdida de equilibrio y audición permanente.
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