Prevención primaria
La atención adecuada de las ulceraciones u otras heridas en la piel, lo que optimiza la atención de las enfermedades edematosas crónicas, y el tratamiento de la tiña del pie pueden prevenir la celulitis.
Prevención secundaria
El manejo del edema; el cuidado de la piel seca, las úlceras y las laceraciones; y el tratamiento de la tiña del pie son formas de prevenir episodios posteriores de celulitis.
La profilaxis antibiótica puede ser útil en la prevención de celulitis recurrente. Se debe considerar el uso de antibióticos profilácticos, como la penicilina o la eritromicina orales, en los pacientes que tienen de 3 a 4 episodios de celulitis al año a pesar de los intentos de tratar o controlar los factores predisponentes. Este programa debe continuarse mientras persistan los factores predisponentes.[14]
En pacientes con edema crónico y celulitis, la terapia de compresión puede ayudar a disminuir las recurrencias.[65]
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