Etiología
La celulitis se desarrolla con mayor frecuencia cuando los microorganismos entran en los tejidos dérmicos y subcutáneos a través de interrupciones en la barrera cutánea. Los estreptococos betahemolíticos y el Staphylococcus aureus son los agentes infecciosos más frecuentemente implicados como agentes causales de la celulitis.[1][13][14] Sin embargo, algunos otros microorganismos pueden, con escasa frecuencia, conducir al desarrollo de celulitis. Por lo general, esto sucede en un huésped con la inmunidad alterada o como resultado de una exposición específica (p. ej., el medio acuático o la mordedura de un animal o un ser humano).[13] Tales organismos incluyen Pseudomonas aeruginosa, Pasteurella multocida, Capnocytophaga canimorsus, Vibrio vulnificus y Cryptococcus neoformans.[1][13][15] La celulitis no purulenta es causada más frecuentemente por estreptococos betahemolíticos.[16]
Fisiopatología
La fisiopatología de la celulitis no se ha estudiado en profundidad. La carga de microorganismos en la celulitis parece ser baja.[13] Las exotoxinas, producidas sobre todo por las cepas virulentas de Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes, provocan daños en los tejidos y contribuyen a los hallazgos clínicos de la celulitis.[17] Existe evidencia de que los queratinocitos producen citocinas inflamatorias a nivel local.[18] Es posible que la interacción entre las proteínas superficiales de Streptococcus pyogenes y las adherencias en la superficie de los queratinocitos y las células de Langerhans sean un requisito para el desarrollo de la infección.[19] Los mecanismos habituales de ruptura de la barrera cutánea son las laceraciones, las heridas por mordedura, la instrumentación (p. ej., agujas), las afecciones cutáneas preexistentes y la cirugía.[17] En muchos casos, la tiña del pie puede causar una ruptura en la barrera cutánea y permitir el ingreso de microorganismos bacterianos causales.[20]
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