Prevención primaria

Existe una necesidad apremiante de prevenir las quemaduras, especialmente en los países en vías de desarrollo.[19] Se han realizado grandes esfuerzos por disminuir la incidencia de las quemaduras a través de la educación pública y la legislación, con resultados desiguales.[20] La educación por sí sola no parece mostrar reducciones demostrables en la incidencia de las quemaduras. Conocer activamente la población y la cultura local ayudará a aumentar en gran medida la eficacia de los programas de prevención de quemaduras.[21] Los esfuerzos legislativos han sido más exitosos.[22] Los ejemplos incluyen ropa de cama ignífuga para lactantes y cigarrillos a prueba de incendios. Las exigencias legislativas en cuanto a temperaturas más bajas para los calentadores de agua caliente y los requisitos sobre la instalación de detectores de humo son las que más éxito han obtenido.[23]

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