Prevención secundaria

El reconocimiento y el tratamiento rápidos de la infección son vitales para evitar el empeoramiento de los síntomas de la MG. Las infecciones son uno de los principales factores que provocan la crisis miasténica. Los corticosteroides y otros fármacos inmunosupresores pueden enmascarar los signos clínicos y síntomas de infección habituales.

Un manejo adecuado antes, durante y después de la cirugía electiva minimiza el riesgo de crisis miasténica.[163] Antes de programar la cirugía, un neurólogo debe evaluar exhaustivamente al paciente con respecto a la optimización del manejo médico de la MG y el cribado para posibles factores de riesgo de la crisis. El neurólogo debe verificar las funciones respiratorias y de deglución. Se deben monitorizar los factores de riesgo potenciales para la crisis y tomar las medidas necesarias para evitar infecciones, hipovolemia, aspiración y fármacos como los corticosteroides en dosis altas y ciertos antibióticos (aminoglucósidos, ciprofloxacino, clindamicina, eritromicina) o derivados de tipo curare.

Las consideraciones para la anestesia incluyen la reversión de los fármacos de bloqueo neuromuscular no despolarizantes, la obtención de una respiración espontánea suficiente sin curarización residual antes de la extubación, el uso limitado de opioides y sedantes, evitar el ingreso rutinario en la unidad de cuidados intensivos y el posible uso de bloqueos nerviosos periféricos para el control del dolor adjunto.[163][164]

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