Abordaje

No hay pruebas específicas para el diagnóstico de la artritis reactiva. En cambio, se utiliza un grupo de pruebas para confirmar sospechas en pacientes con síntomas clínicos que sugieren artritis inflamatoria en el período posvenéreo y artritis secundaria a disentería.

Las pruebas del factor reumatoide, observado en la artritis reumatoide, y anticuerpo antinuclear, detectado en muchas afecciones autoinmunes, generalmente, presentan resultados negativos.

Reactantes de fase aguda

Los reactantes de fase aguda, como la velocidad de sedimentación globular o proteína C reactiva con frecuencia se elevan en la fase aguda, pero suelen normalizarse si la enfermedad se convierte en crónica.

genotipo HLA-B27

Solo un pequeño porcentaje de las personas que han dado positivo a HLA-B27 desarrollarán artritis reactiva. El valor predictivo de las pruebas de HLA-B27 depende de una estimación clínica de la probabilidad de artritis reactiva; la mayoría de los pacientes que se presentan con dolencias musculoesqueléticas no presentarán artritis reactiva.[54]

Si bien el HLA-B27 no es específico, ni necesario para el diagnóstico de la artritis reactiva, su presencia en el contexto clínico correcto mejora la precisión del diagnóstico.[55][56][57][58]

Análisis clínicos

La identificación de microorganismos causales habituales que desencadenan infección resulta útil para establecer un diagnóstico. Los cultivos urogenitales y los coprocultivos son muy útiles en el momento del desencadenamiento de la infección; pero, generalmente, negativizan tras el inicio de la artritis. No obstante, son fáciles de realizar y deben realizarse ante la aparición de la artritis.

Se debe obtener una muestra de líquido sinovial para realizar cultivos de rutina y cultivos para descartar gonorrea y otros procesos. También se debe utilizar el líquido sinovial para realizar un análisis de cristales para descartar gota u otro tipo de artritis inducida por cristales.

El análisis por reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de los componentes bacterianos en el tejido o líquido sinovial resulta útil para confirmar un diagnóstico, pero no es práctico. También se debe realizar un análisis de PCR en la orina ante la aparición de artritis; sin embargo, con frecuencia, el resultado es negativo en esta etapa.

Las pruebas de amplificación de ácidos nucléicos se indican en hombres o mujeres asintomáticos con artritis reactiva presuntamente adquirida por vía sexual.[59][60]

Es posible comprobar las serologías de los agentes bacterianos causantes conocidos, pero todavía es difícil demostrar la causalidad por lo que, generalmente, no se recomienda solicitar estas pruebas.[61]

Radiografía

Las radiografías deben realizarse en el esqueleto axial de los pacientes con supuesta artritis reactiva crónica. A pesar de que las radiografías de las articulaciones periféricas pueden mostrar algunas características de la artritis reactiva, son menos específicas para la artritis reactiva.

No hay hallazgos radiológicos específicos tempranos en la enfermedad, excepto la inflamación de los tejidos blandos. En la forma crónica de la enfermedad, se puede detectar estrechamiento del espacio articular y erosiones en las articulaciones pequeñas en manos y pies. Las radiografías simples del esqueleto axial muestran sacroileítis asimétrica en un tercio de los pacientes con artritis reactiva crónica.[62][63]

Se puede observar entesitis en la artritis reactiva crónica en la forma de una nueva formación ósea perióstica esponjosa en los sitios de inserción de tendones y ligamentos. Con frecuencia, se observan calcificaciones en el área del tendón de Aquiles y espolones calcáneos grandes. Se pueden detectar sindesmofitos no marginales en la columna lumbar y torácica como consecuencia de la entesitis crónica de los ligamentos paraespinales.

Resonancia magnética (IRM)

La IRM puede tener mayor sensibilidad para detectar la sacroileítis temprana, pero no se han realizado ensayos controlados. El análisis por IRM de las articulaciones sacroilíacas puede resultar especialmente útil en cualquier paciente que se sospeche tenga artritis reactiva con dolor lumbar o en los glúteos. La IRM puede revelar no solo cambios erosivos o anquilosis de las articulaciones sacroilíacas, sino también cambios en la médula ósea en torno a las articulaciones sacroilíacas que puede indicar sacroileítis activa.

Ultrasonido

La ecografía de las extremidades puede complementar la radiografía.[64] Puede identificar la hipertrofia sinovial; el aumento de la vascularidad es evidente en las imágenes Doppler.[64]

Las guías de práctica clínica europeas sugieren que la ecografía podría proporcionar información adicional a la radiografía convencional al monitorizar los cambios estructurales en la espondiloartritis periférica.[65]

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