Prevención secundaria
En el caso de la enfermedad de EK, el manejo a largo plazo y la prevención secundaria se solapan. En 2019, la American Heart Association (AHA) publicó recomendaciones generales para la reducción del riesgo cardiovascular en pacientes pediátricos de alto riesgo, incluyendo aquellos con EK.[72] Sin embargo, los autores de este tema sugieren que se sigan las recomendaciones más detalladas sobre manejo a largo plazo de las guías de práctica clínica de la AHA 2017.[1]
Promover un estilo de vida y actividades saludables en cada visita.
Utilizar un fármaco antiplaquetario alternativo como el clopidogrel si está indicado un tratamiento a largo plazo con ácido acetilsalicílico, pero el paciente no puede tolerar el ácido acetilsalicílico o es resistente a este.
Restringir los deportes de contacto físico en pacientes con anticoagulación o terapia antiplaquetaria doble. La participación en deportes competitivos o actividades de alta intensidad debe estar guiada por los resultados de las pruebas de isquemia miocárdica inducible o de las arritmias inducidas por el ejercicio.
Evaluar los factores de riesgo cardiovasculares, incluyendo la presión arterial, el lipidograma en ayunas, el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura, la dieta, la actividad y el tabaquismo a intervalos de tiempo adecuados a la gravedad de la enfermedad.
Incluir los antecedentes y la exploración física, la ecocardiografía y la electrocardiografía en la evaluación cardiológica de seguimiento en intervalos de tiempo adecuados a la gravedad de la enfermedad.
Incluir la prueba de esfuerzo con ecocardiografía, prueba de esfuerzo con estudios por imágenes mediante resonancia magnética (IRM), la prueba de esfuerzo con medicina nuclear o la tomografía por emisión de positrones en la evaluación cardiológica adicional para detectar la isquemia miocárdica inducible a intervalos de tiempo adecuados a la gravedad de la enfermedad.
Incluir angiografía por tomografía computarizada, resonancia magnética o angiografía invasiva si se necesitan más estudios por imágenes a intervalos de tiempo adecuados a la gravedad de la enfermedad.
Desaconsejar el uso de anticonceptivos orales en pacientes que alguna vez hayan tenido aneurismas de tamaño medio o más grandes (puntajes Z: ≥5) y que aún presenten aneurismas de pequeño tamaño (puntaje Z: ≥2.5) o más grandes. Aconsejar que el embarazo sea supervisado por un equipo multidisciplinario que incluya un cardiólogo, y que los anticoagulantes o la terapia antiplaquetaria pueden requerir ajustes durante el embarazo o el parto.
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