Etiología

Clasificación por localización

La siguiente clasificación etiológica puede ser práctica y útil en la evaluación de los pacientes con dolor abdominal crónico, aunque el dolor puede surgir a partir de una extensa cantidad de causas en cualquier sistema (solo analizamos de forma más detallada las causas más frecuentes):

I. Dolor que se origina en las vísceras abdominales (dolor abdominal visceral)

  1. Tracto gastrointestinal (GI): órganos huecos

    • Esófago: esofagitis (p. ej., ERGE); dolor inducido por fármacos (p. ej., bisfosfonato, eritromicina); trastornos de la motilidad (p. ej., acalasia atípica); cáncer de esófago

    • Estómago: gastritis crónica (p. ej., Helicobacter pylori); dolor inducido por fármacos/alcohol; enfermedad ulcerosa péptica; cáncer gástrico

    • Intestino delgado: inflamación (p. ej., la enfermedad de Crohn); inducida por fármacos (p. ej., ácido acetilsalicílico, antiinflamatorio no esteroideo [AINE]); obstrucción subaguda (p. ej., vólvulo, invaginación)

    • Intestino grueso: inflamación (p. ej., colitis ulcerosa, colitis de Crohn, gastroenteritis infecciosa); obstrucción subaguda (p. ej., vólvulo, tumor); cáncer colorrectal

  2. Tracto GI: órganos sólidos

    • Hígado: carcinoma hepatocelular, metástasis, abscesos

    • Páncreas: pancreatitis crónica, quistes/pseudoquistes pancreáticos

    • Vesícula biliar: colecistitis, colelitiasis

  3. Tracto urogenital

    • Riñones/uréter/vejiga: nefrolitiasis, pielonefritis, absceso perirrenal

    • Enfermedades ginecológicas en el abdomen: endometriosis

  4. Vasculatura abdominal

    • Isquemia mesentérica crónica/isquemia intestinal/angina intestinal

    • Síndrome de la arteria mesentérica superior

II. Dolor referido de una fuente diferente al abdomen (dolor abdominal referido)

  1. Pelvis

    • Dolor pélvico crónico (DPC) (p. ej., cistitis intersticial, endometriosis, adhesiones, síndrome uretral, cambios o disfunciones de los músculos pélvicos)[19]

    • Genitales y órganos reproductivos femeninos (p. ej., enfermedad inflamatoria pélvica [EIP], endometriosis, enfermedades quísticas de los ovarios, neoplasias malignas ginecológicas)

    • Genitales y órganos reproductores masculinos (p. ej., prostatitis, cáncer de próstata, epididimitis, torsión testicular recurrente/intermitente)[20]

  2. Pecho/tórax

    • Pulmones (p. ej., neoplasia maligna)

    • Pleura y pared torácica

  3. Aparato locomotor

    • Pared abdominal (p. ej., síndrome de atrapamiento del nervio cutáneo abdominal, hernia de la pared abdominal)[21]

    • Columna (p. ej., radiculitis)

  4. Causas neurogénicas

    • Herpes zóster

III. Causas sistémicas/metabólicas

  • Enfermedad celíaca

  • Intolerancia a la lactosa/deficiencia de lactasa

  • Fármacos: narcóticos, antagonistas de los canales de calcio no dihidropiridínicos, vitaminas, suplementos minerales (p. ej., hierro, calcio, magnesio y aluminio)

  • Porfiria: aguda intermitente

  • Intoxicación por metales pesados: intoxicación por plomo/arsénico

  • Fiebre mediterránea familiar

  • Hemoglobinuria paroxística nocturna

IV. Neurogastroenterología

  • Síndrome del intestino irritable

  • Dispepsia funcional

  • Síndrome de dolor abdominal mediado centralmente (llamado anteriormente síndrome de dolor abdominal funcional)

  • Síndrome del intestino narcótico

  • Migraña abdominal.

Clasificación por fisiopatología

Además de la clasificación por afectación de órgano o sistema, debería considerarse la fisiopatología subyacente.

1. Obstrucción mecánica

  • La obstrucción intestinal, urinaria o de las vías biliares generalmente se presenta de forma aguda. La obstrucción parcial o intermitente puede tardar más tiempo en reconocerse y conducir a síntomas abdominales crónicos o recurrentes.

2. Ruptura de órgano hueco

  • Generalmente se asocia con una presentación aguda. Sin embargo, las perforaciones pequeñas con cierre espontáneo y que provocan la formación de abscesos locales pueden conducir a un dolor abdominal crónico.

3. Inflamación crónica

  • Puede provocar síntomas de dolor abdominal crónico.

  • La inflamación intestinal puede involucrar segmentos diferentes del tracto GI y ser secundaria a diversas etiologías. Algunos ejemplos comunes son la inflamación del esófago debido al reflujo gastroesofágico, la inflamación gástrica debido a Helicobacter pylori y/o la inflamación del intestino grueso o delgado debido a colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn.

  • Los procesos inflamatorios que involucran otros órganos GI (p. ej., páncreas, hígado, vesícula biliar) y órganos que no son GI (p. ej., vejiga urinaria y riñones) también se deberían tener en cuenta.

4. Isquemia

  • La disminución del flujo sanguíneo intestinal (isquemia mesentérica/intestinal) puede ser de inicio agudo, con consecuencias graves (y a veces catastróficas), o puede ser crónica y causar síntomas GI recurrentes o crónicos. La mayoría de los pacientes con isquemia mesentérica crónica son asintomáticos gracias a una buena circulación colateral entre las 3 arterias mesentéricas. Los síntomas aparecen cuando hay una oclusión significativa en 2 de las 3 arterias mesentéricas principales.[22]

  • La isquemia mesentérica crónica (a veces denominada angina intestinal) se debe sospechar principalmente en pacientes adultos de edad avanzada con vasculopatía aterosclerótica subyacente y/o antecedentes de tabaquismo excesivo que presenten dolor abdominal alto/epigástrico sordo, con cólicos, que generalmente aparece 1 hora después de las comidas y desaparece de forma espontánea luego de 2 o 3 horas. Otros síntomas incluyen náuseas y vómitos, pérdida de peso y aversión a la comida.

  • Enfermedad oclusiva microvascular en pacientes con anemia falciforme, vasculitis de vasos pequeños, estado de bajo flujo o enfermedad venoclusiva.

  • La calcificación de los vasos mesentéricos en las radiografías es sugestiva, pero habitualmente se necesitan más pruebas con angiografía por tomografía computarizada o por resonancia magnética para confirmar el diagnóstico.[23]

5. Fármacos/medicamentos

  • Varios fármacos provocan inflamación, lesión o incluso ulceración de la mucosa intestinal.

  • Los ejemplos incluyen la inflamación del esófago debido a la eritromicina o bisfosfonatos e inflamación gástrica o del intestino delgado debido al uso crónico de aspirina o AINE.

  • Ciertos fármacos pueden provocar síntomas abdominales, incluido dolor, sin manifestaciones inflamatorias evidentes. Los antagonistas de los canales de calcio no dihidropiridínicos, como el diltiazem y el verapamilo, disminuyen la motilidad del intestino y conducen al estreñimiento y dolor crónico. Los suplementos de vitaminas y minerales comunes, como el hierro y el calcio, pueden empeorar el estreñimiento y el dolor abdominal, mientras que el magnesio y el aluminio, en dosis altas, pueden provocar heces sueltas, ocasionalmente con cólicos.

  • El uso crónico de narcóticos, además de contribuir al estreñimiento crónico, puede contribuir a una hiperalgesia visceral o a la hipersensibilidad del intestino. El uso prolongado de narcóticos, en especial de fármacos de acción corta, provoca un efecto de subida y caída, donde el alivio temporal del dolor conduce a un tracto intestinal más sensible y, de este modo, mayor dolor y un aumento del uso de narcóticos. El dolor abdominal crónico que ocurre en el contexto del uso crónico de narcóticos, con o sin aumento de dosis, y que no proporciona alivio del dolor, se conoce como síndrome del intestino narcótico (hiperalgesia gastrointestinal inducida por opioides).[24] Los síntomas del síndrome del intestino narcótico pueden mejorar con la retirada del opioide.[25]

6. Afecciones de dolor gastrointestinal mediadas centralmente

  • El síndrome del dolor abdominal mediado centralmente (CAPS) es un trastorno GI funcional. Se refiere a afecciones debidas a sensibilización del sistema nervioso central con desinhibición de las señales del dolor, en vez de a un aumento de la excitabilidad aferente periférica. Al contrario que el síndrome del intestino irritable y la dispepsia funcional, el dolor asociado con el CAPS se reporta como constante y no asociado a eventos periféricos como la ingesta de alimentos o la defecación.[25]

  • Los síntomas del síndrome de intestino narcótico (hiperalgesia gastrointestinal inducida por opiáceos) pueden mejorar con la abstinencia del opiáceo.[25]

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