Etiología
Es importante entender el mecanismo del traumatismo abdominal para tener noción de la gravedad de la lesión y comenzar a formar un diagnóstico diferencial de las posibles lesiones. Los mecanismos que están asociados a grandes cantidades de energía transferida, como los accidentes automovilísticos a alta velocidad, presentan una mayor posibilidad de causar más daño que los accidentes que se producen a una velocidad más baja. La etiología de las lesiones abdominales traumáticas se divide en 2 categorías amplias: traumatismo abdominal penetrante y traumatismo cerrado abdominal.
Traumatismo abdominal cerrado
Los traumatismos cerrados abdominales están causados por dos tipos de fuerzas: la tensión de cizallamiento y la tensión de tracción.
Las lesiones por cizallamiento se producen en el punto de fijación de un órgano durante una aceleración o desaceleración abrupta. Por ejemplo, durante una desaceleración rápida, el hígado puede continuar trasladándose en relación con el ligamento redondo, lo que causa fuerzas de cizallamiento alrededor de este punto de fijación y produce laceraciones en el hígado. Los riñones, el bazo, el intestino grueso y el intestino delgado también son vulnerables a lesiones relacionadas con las fuerzas de cizallamiento.
Las lesiones por tracción son aquellas que están relacionadas con compresión o estiramiento directo del tejido. El hígado, el bazo y el páncreas generalmente se lesionan durante un impacto frontal mientras que los riñones se ven afectados cuando se produce un impacto directo a la fosa lumbar. La compresión directa del abdomen también está asociada a un aumento en la presión abdominal que potencialmente causa fracturas pélvicas o ruptura diafragmática.
Traumatismo abdominal penetrante
Cuando un objeto extraño atraviesa una parte del cuerpo, se desacelera y transfiere la energía al tejido circundante. La cantidad de daño tisular depende de la velocidad y el tamaño del cuerpo extraño. Las heridas de bala de alta velocidad crean mayor daño tisular alrededor de la trayectoria del proyectil que aquellas de baja velocidad.
El traumatismo abdominal penetrante involucra un área más pequeña de tejido que el traumatismo abdominal cerrado. Los órganos que se lesionan en el traumatismo abdominal penetrante dependen de la trayectoria que realiza el cuerpo extraño cuando atraviesa el cuerpo. Es importante entender que no se puede predecir la trayectoria de un proyectil debido a su tendencia a rebotar en los huesos. La trayectoria también puede resultar confusa debido a cambios en las posiciones del cuerpo desde el momento de la lesión hasta el momento del examen. Las balas también se pueden fragmentar al impactar contra los huesos y, de esta manera, se crean múltiples lesiones inesperadas.
Las lesiones penetrantes crean cavitaciones a lo largo de la trayectoria y pueden incluir con ellas material extraño (es decir, ropa). Estas cavitaciones corren el riesgo de infectarse días después de la lesión.
Las lesiones estomacales, del intestino delgado y colorrectales se producen con mayor frecuencia tras el traumatismo abdominal penetrante que tras el traumatismo cerrado. El intestino delgado es el órgano que se lesiona con mayor frecuencia en el traumatismo abdominal penetrante.
Existe una alta incidencia de lesiones diafragmáticas en los traumatismos penetrantes toracoabdominales.[12]
El uso de este contenido está sujeto a nuestra cláusula de exención de responsabilidad